07 novembro 2006

Xuízo e condena de Miguel Hernández

No número 15 da Revista Nueva Historia, abril de 1978, e dende as páxinas 78 a 87, Eduardo de Guzmán lembra o xúizo que padeceron Miguel Hernández e máis el, xunto a outras vintesete persoas o xoves 18 de xaneiro de 1940.
Mergullado na rede atopo parte dese mesmo relato eiquí.
Remato eu o texto de Eduardo de Guzmán:
"Las sentencias dictadas por el Consejo de Guerra Permanente número 5 de Madrid son aprobadas por el ilustrísimo señor Auditor de Guerra con fecha 25 de enero de 1940. Una mayoría de los condenados son fusilados en el primer semestre del año. Una minoría somos indultados: Miguel, al final de la primavera de 1940; yo, el 21 de mayo de 1941.
Tras ser indultado, Miguel Hernández es conducido, en unión de varios centenares de condenados, a la prisión provincial de Palencia, transformada en un improvisado penal donde se amontonan cuatro veces más reclusos de los que caben materialmente. El invierno de 1940-41 es duro y penoso en toda España; en la cárcel de Palencia el hambre adquiere caracteres insoportables y cada día fallecen unos cuantos penados víctimas de la falta de alimentación y de las enfermedades carenciales determinadas por ella.
La juventud y fortaleza del poeta, que acaba de cumplir los treinta años, le permiten superar con vida esta terrible invernada. Queda, no obstante, harto quebrantado físicamente, con el lobo de la tuberculosis mordiendo sus pulmones. Cuando en gracia al "turismo penitenciario", impuesto por el director general de Prisiones para mayor castigo de rojos, es trasladado al presidio de Ocaña, todavía tiene ocasión de comer lo suficiente y recibir unos cuidados médicos que no le son prestados. Su estado empeora semana tras semana y el año que todavía alienta no es más que una prolongada agonía.
Una nueva conducción ordinaria le lleva al Reformatorio de Adultos de Alicante, donde ingresa ya más muerto que vivo. En este presidio fallece el 28 de marzo de 1942. Su muerte es una grave pérdida para la poesía española y universal. Miguel Hernández es una víctima más entre los cientos de miles ocasionadas por la represión franquista que sigue al final de la guerra civil y se prolonga, cruel e inmisericorde, durante años interminables."