Enrique Vidal Abascal. 2
CARTA URGENTE A TODOS LOS GALLEGOS
Pocas veces nuestro país ha estado tan cerca de un acontecimiento tan colosal, tan conmovedor: el valle de Castrelo de Miño, la tierra más fértil, más fecunda de Galicia, va a ser anegado para siempre.
Hecho de tal envergadura moral y física, ¿puede producirse sin un estudio abierto y profundo, sin una discusión a fondo de toda su vibrante problemática? ¿Sabe Galicia lo que ha dicho el ingeniero, el economista, el sociólogo? Y ante todo: ¿cuales son las razones, no ya los sentimientos, de las 8.000 personas que van a romper con la tierra que ellos y sus mayores han creado?
Resulta verdaderamente difícil poner orden a tantas preguntas a cuál más grave y dramática.
Con estas líneas nos proponemos llegar a la conciencia de quienes están ajenos al problema y también a la de aquelllos que lo subestiman. No son - quede claro - nuestras palabras de defensa de un paisaje, evidentemente privilegiado: son la defensa de varios miles de seres ya para siempre condenados al éxodo, a la emigración, una emigración que hasta ahora la feracidad de sus tierras había impedido.
Tampoco pretendemos, ni siquiera en nombre de estos hombres y mujeres, decir no, a secas, a la empresa que va a devorar el bocado más productivo y hermoso de nuestro país. De antemano sabemos que se nos objetará con dos argumentos mil veces esgrimidos: el de la necesidad, el del bien común. Pues bien: es aquí, justamente aquí, donde está el comienzo de la cuestión. ¿Es totalmente necesario, es indispensable construir la presa ahí? ¿Debemos prescindir de una riqueza natural tan soberbia, los opulentos viñedos del valle, en vísperas de la obtención de energía eléctrica por otros procedimientos?
Y en cuanto al bien común: ¿hemos de identificar siempre el bien común con FENOSA?
Por todo ello estimamos que una información pública sobre el gran hecho, que de un modo u otro a todos afecta, es ineludible e inaplazable.
Tal información debería entenderse como un diálogo claro entre las opinioones y los intereses hasta ahora en pugna.
Carlos Alonso del Real.- Catedrático y Vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras.
Enrique Vidal Abascal.- Catedrático y Vicedecano de la Facultad de Ciencias.
Jesús Alonso Montero.- Catedrático.
X.L. Méndez Ferrín.- Catedrático.
Carlos Otero Pardo.- Estudiante de Derecho.
Luis Cochón Touriño.- Estudiante de Filosofía y Letras.
Federico Ordax Avecilla.- Estudiante de Ciencias.
Santiago Lamas Crego.- Estudiante de Medicina.
Pocas veces nuestro país ha estado tan cerca de un acontecimiento tan colosal, tan conmovedor: el valle de Castrelo de Miño, la tierra más fértil, más fecunda de Galicia, va a ser anegado para siempre.
Hecho de tal envergadura moral y física, ¿puede producirse sin un estudio abierto y profundo, sin una discusión a fondo de toda su vibrante problemática? ¿Sabe Galicia lo que ha dicho el ingeniero, el economista, el sociólogo? Y ante todo: ¿cuales son las razones, no ya los sentimientos, de las 8.000 personas que van a romper con la tierra que ellos y sus mayores han creado?
Resulta verdaderamente difícil poner orden a tantas preguntas a cuál más grave y dramática.
Con estas líneas nos proponemos llegar a la conciencia de quienes están ajenos al problema y también a la de aquelllos que lo subestiman. No son - quede claro - nuestras palabras de defensa de un paisaje, evidentemente privilegiado: son la defensa de varios miles de seres ya para siempre condenados al éxodo, a la emigración, una emigración que hasta ahora la feracidad de sus tierras había impedido.
Tampoco pretendemos, ni siquiera en nombre de estos hombres y mujeres, decir no, a secas, a la empresa que va a devorar el bocado más productivo y hermoso de nuestro país. De antemano sabemos que se nos objetará con dos argumentos mil veces esgrimidos: el de la necesidad, el del bien común. Pues bien: es aquí, justamente aquí, donde está el comienzo de la cuestión. ¿Es totalmente necesario, es indispensable construir la presa ahí? ¿Debemos prescindir de una riqueza natural tan soberbia, los opulentos viñedos del valle, en vísperas de la obtención de energía eléctrica por otros procedimientos?
Y en cuanto al bien común: ¿hemos de identificar siempre el bien común con FENOSA?
Por todo ello estimamos que una información pública sobre el gran hecho, que de un modo u otro a todos afecta, es ineludible e inaplazable.
Tal información debería entenderse como un diálogo claro entre las opinioones y los intereses hasta ahora en pugna.
Carlos Alonso del Real.- Catedrático y Vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras.
Enrique Vidal Abascal.- Catedrático y Vicedecano de la Facultad de Ciencias.
Jesús Alonso Montero.- Catedrático.
X.L. Méndez Ferrín.- Catedrático.
Carlos Otero Pardo.- Estudiante de Derecho.
Luis Cochón Touriño.- Estudiante de Filosofía y Letras.
Federico Ordax Avecilla.- Estudiante de Ciencias.
Santiago Lamas Crego.- Estudiante de Medicina.
Etiquetas: política
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